Por Sin Reservas
El robo de tapas del registro sanitario, parrillas de los imbornales y de medidores de agua, para posteriormente venderlos a metaleras, sigue sucediendo de forma impune, causando pérdidas millonarias a la ciudad.
Además se ha convertido en un dolor de cabeza para los conductores, especialmente motores y pasolas, debido al peligro de accidente que ya ha cobrado la vida de varias personas.
Tan solo a la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago ( Coraasan) le han robado al menos 200 tapas plásticas en los últimos días.
La Coraasan durante la gestión de Hamlet Otáñez decidió cambiar las tapas de hierro por plástica para tratar de disminuir la práctica, pero la medida no ha impedido que los llamados “piperos” las desmonten de las vías.
Cada tapa plástica está valorada en 300 pesos a las instituciones estatales. En las instalaciones de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Rafey, sirve como especie de cementerio de tapas destruidas.
Cortesía: citysantiago.com.do